Me gustaría estar a tu lado
para darte un abrazo
y desearte feliz cumpleaños.
Es una pena que estés lejos
y que no podamos vernos
más que por la pantalla del ordenador
o escucharnos a través del teléfono.
Aunque son formas de comunicación
y estoy contento que existan
lo que verdaderamente necesito
es compartir un tiempo contigo.
¡Felicidades, mi adorado papá!
—
¿Ya te adaptaste a tu nuevo lugar?
Yo te extraño
y no me resigno a tenerte lejos.
Espero que pronto podamos encontrarnos
para contarte muchas cosas
que me pasan todos los días.
Me las estoy anotando para no olvidarme,
porque son muchas.
En el día de tu cumpleaños
te deseo que estés bien.
¡Te quiero mucho, papá!
—
Desde que estás lejos
hay noches en que me siento muy solo
y pienso que si estuvieras cerca
te sentarías al borde de mi cama,
me tomarías una mano,
la apretarías fuerte,
y me darías consuelo.
Te extraño con toda el alma, papá,
y me entristece no poder abrazarte
y darte un millón de besos
en el día de tu cumpleaños.
Pásalo bien y vuelve pronto,
aquí te estaré esperando para festejar.
—
Muy cerca o muy lejos,
no importa,
lo que importa es que no estás
para abrazarte en el día de
tu cumpleaños.
Voy a pensar en ti sin parar,
las 24 horas de tu día
para ver si de tanto pensarte
se me cumplen los deseos de verte pronto.
¡Te quiero mucho y te necesito, papá!
—
Hoy con mamá miramos el mapa
y ella me señaló un punto lejano
donde te encuentras.
Ahí tomé conciencia
de la distancia que nos separa.
En cierta forma
mamá me mostraba el mapa
para que comprendiera
por qué no podías venir
en el día de tu cumpleaños
y regresar al otro día a tus ocupaciones.
Seguiré esperando
y festejaremos tu cumpleaños
cuando podamos encontrarnos.
Espero que no falte tanto.
¡Te deseo muchas felicidades!
—
¡Feliz cumpleaños, papá!
No sabes todo lo que he crecido
desde que te fuiste.
¿Recuerdas que hice una marca en la pared
señalando hasta dónde llegaba
el día que partías?
Cuando vuelvas podrás comparar
y te darás cuenta de lo rápido que crece tu hijo
o del tiempo que tú has estado ausente.
Pero no te quiero poner triste justo hoy,
cuando tienes que estar contento
y pasarla bien.
—
¡Feliz cumpleaños, papá!
Hoy hablé con mi oso,
le conté que te extrañaba mucho
y que quería que vuelvas pronto.
Ahora te haré un dibujo
con el pájaro que veo desde mi ventana,
que me imagino que como vuela lejos
a lo mejor te ve
y y me trae tus noticias.
Te mando un beso grande.
¡Te quiero mucho!