Un castillo en lo más alto,
con dos torres de colores,
Me dirijo hasta la puerta
ya sin penas ni temores,
pues vengo a felicitarte,
la reina de mis amores,
hoy es tiempo de festejos,
atrás ya los sinsabores.
—
En el fondo del gran mar
viven sirenas hermosas
y de todas, todas ellas,
tu eres la más preciosa.
Y en tus escamas yo escribo:
¡Felicidades mi diosa!
—
Quiero ser un girasol amarillo
y girarme siempre hacia tu mirada,
especialmente en este tu gran día
porque es una fecha tan señalada.
¡Feliz cumpleaños!
—
Déjame que en este día,
pueda yo bien desearte,
que todas tus ilusiones,
vuelvan a entusiasmarte.
No lo olvides, yo te escribo,
es tiempo de felicitarte.
—
A lomos de mi corcel
cabalgué en la poesía
y a lo alto de tu torre
llegar a ti pretendía.
Mas no temas, solo quiero
felicitarte en este día.
—
Mi reina bonita y linda,
hoy te veo todo el día
y doy gracias mil por ello
pues sin ti me moriría.
¡Felicidades!
—
Hoy después de levantarme
he mirado el calendario,
y de forma emocionante
vi que era tu cumpleaños.
¡Feliz día, reina!
—
Somos pequeños granitos
de arena a la orilla del mar,
y de ti yo en esta vida,
no me quiero jamás olvidar,
felicitarte año tras año,
como podrás comprobar.
¡Feliz en tu día!
—
Recuerdo que desde niña
te gustaban los cumpleaños,
han pasado algunas décadas
y todavía te siguen gustando,
pues hermoso es este tu día
que hoy estamos celebrando.
¡Felicidades!
—
Aire, tierra, fuego y agua,
cuatro elementos son,
para entregaros, señora,
esta felicitación.
Sea feliz su cumpleaños,
miles de salvas por vos,
y es por ello que os entrego
la llave de mi corazón.
—
Tú eres el libro eterno
donde te escribo esta historia
de mi amor por ti, señora
para colmarte de gloria.
¡Muchas felicidades!
—
Todos los caballeros,
alrededor de tu corte,
queremos felicitarte,
y que seas nuestro norte.
¡Feliz cumpleaños!
—
Dulce eres como la miel,
reina del amor hermoso,
con un abrazo y un beso
en este día precioso.
Que seas feliz en tu día
aunque sea en la distancia
presente estaré a tu lado
testigo fiel de tu elegancia.
—
Es el brillo de tus ojos
lo que hoy me ha recordado
que llegó tu cumpleaños
y no te he felicitado.
Sin embargo, no estés triste
pues no me he hecho nada malo
ayer preparé estas palabras
que hoy comienzan mi regalo.
¡Feliz cumpleaños!
—
Eres la musa divina
que me inspira esta canción,
eres pura poesía
siempre admiro tu pasión.
Eres reina de mis días,
y escribo en esta ocasión:
¡Feliz cumpleaños vida!
y un gran beso de intención.