¡Feliz cumpleaños, querida prima!
Te deseo con todo cariño
que puedas disfrutar de este día,
y de todos los días por venir.
Guardo hermosos recuerdos
de nuestra niñez compartida
en juegos y travesuras.
Nos divertíamos, ¿verdad?
—
¡Felicidades en tu día!
Siempre fuiste el primo mayor
del que me acuerdo haber visto por primera vez
con pantalones largos.
Ahora que ambos somos adultos
caigo en la cuenta de que
no nos llevamos tantos años.
—
Los lazos de sangre son importantes
aunque aún lo son más
cuando vienen acompañados por
afinidades y simpatías mutuas.
Tu eres mi pariente preferida
porque siempre supimos entendernos
y porque seguimos fielmente la relación
a través de los años.
Incluso afianzamos el vínculo
cuando nos dimos cuenta que nos extrañábamos.
En el día de tu cumpleaños
deseo que la estés pasando bien
y que pronto podamos encontrarnos.
para revivir el pasado, vivir el presente
y planear el futuro.
—
La memoria es selectiva, como se sabe.
Uno se acuerda de los buenos momentos,
tal vez los magnifica cada vez que los evoca,
hasta los trastoca un poquito.
Y cuando uno tiene muchos familiares
recuerda con mayor ahínco a algunos
y borra de la mente a otros.
En tu caso, querido primo,
te tengo en un lugar privilegiado de mi memoria.
¡Que tengas un feliz cumpleaños!
—
Me encanta que seas parte de mi familia,
querida cuñada.
Ni bien nos conocimos
me caíste bien
por eso te pregunté cuándo cumplías años
(no es porque quería saber cuántos,
no seas mal pensada).
Y hoy llegó el día
en el que no me puedo olvidar
de saludarte y desearte muchas,
pero muchas felicidades.
—
¡Muy feliz cumpleaños!
Eres mi hermanastra
pero te considero mi hermana.
La palabra hermanastra nunca me gustó,
me parece un poco dura
y hasta le encuentro un tono despectivo
cuando la escucho pronunciar.
Y tú eres un ser dulce,
aunque mis asociaciones etimológicas
estén equivocadas
por las dudas te nombro hermana.
—
¿Recuerdas la generación de los primos
que nos juntábamos para las fiestas familiares?
Éramos un grupo de niños intrépidos,
que se atrevían a los juegos más arriesgados.
Pasó el tiempo y cada uno se fue por su camino,
se nos hace difícil juntarnos.
Querido primo, te confieso que de todo el grupo
eras mi preferido y aún hoy lo sigues siendo,
aunque tengamos pocas oportunidades de charlar.
Te deseo que pases un feliz cumpleaños,
y que pronto nos crucemos en algún camino
para disfrutar de la mutua compañía.
—
¡Feliz cumpleaños, querida tía!
Me gustaría poder compartir contigo
este día tan especial.
Sabes que te quiero mucho
y me encanta disfrutar salidas contigo:
a escuchar música, a ver películas
y teatro, a hacer compras.
Eres muy compinche,
la tía más joven y divertida que me tocó.